Descripción
Me han salido muchos Cristos en esta serie. En este caso un sagrado corazón. Un Ian sufriente mostrando las heridas de sus manos, y su corazón sangrante, emergiendo de la negrura. Mis recurrentes adornos vegetales aquí son objetos afilados fríos e hirientes. Soy uno de tantos flipados con la música de Joy Division. Compré su Closer a mis tiernos 17 de manera casual atraído por la portada sin saber del contenido de esa cinta pirata que me llevaba a casa de un mercadillo de Soria y desde la primera escucha mi estado fue de pura exaltación. Recuerdo con claridad esa batería hipnótica de Atrocity Exhibition como si fuera ayer y mi Epifanía cuando llegué al Twenty Four Hours que era ya absoluta. Creo que fue lo más cercano a un síndrome de Stendhal que he experimentado. Ian ya había muerto en aquellos días pero yo aún tardé en saber algo más de su fina estampa. El acceso a la información era difícil entonces y más para un chico de provincias sin un duro. Su leyenda se estaba fraguando entonces tras su suicidio y ahora su culto ya está ampliamente extendido ¡Te alabamos Ian!