Descripción
A ella le podría ir esta pose de Maila Nurmi como Vampira igual que le irían al pelo tantas otras dependiendo de su momentazo vital; punki-magenta, artúrica y achamanada, neolítica-primera cristiana, ciclista-house, tetona gore-trash más tirando a lo Meyers una veces más a lo Watters otras, zorrona-vamp, señorona-cardada muy excesiva, dominatrix aburlescada…. Y muchas más que sería largo enumerar pero siempre con el común multiplicador del humor, algo que yo aprecio. Pero lo que más agradezco de todo, más incluso que su buena dicción que no es tontería para los que estamos como una tapia, es haber sido la parte más ostensible y el emblema de la visibilidad gay con esa forma de militancia suya que yo asumí y que consiste en ignorar que alguna vez hayan existido armarios por salir, sin tener que explicar previamente que te gusten los culos peludos antes de poder evaluarlos en los contextos en que otros evalúan tetas gordas. Deseo carnal significó eso, además de un disco maravilloso.