Descripción
Ava Gardner se mudó a Madrid a mitad de los años 50, quizá huyendo del estrellato y de Frank Sinatra, pero también deslumbrada por una ciudad en la que extrañamente podía hacer lo que quisiese y en la que se sentía libre. Entre las personalidades y personajes que la acompañaron en estos frenéticos años había espías, toreros, escritores, bailaoras, actores, ex-generales exiliados, pintores, cantantes, y playboys, que entre rodaje y rodaje de la diva se iban de borrachera y de jarana por locales y tablaos como Chicote, Villa Rosa, la Cervecería Alemana, Los Gabrieles, Riscal, El Duende o el Café Olivier.
Para “Ava, Ava” Shag ha decidido reducir su mundialmente reconocida paleta de colores y resolver las obras con un espectro cromático mínimo, reflejando en cierta forma una sociedad todavía en blanco y negro en la que según el artista “Ava brillaba como una bombilla en el desván”. Esto constituye un gran cambio respecto a su trabajo habitual, que suele impactar al espectador con una explosión de brillantes colores. El tema de la exposición es sin embargo 100% Shag, siendo esta época y todo lo relacionado con ella el leitmotiv de su personal arte.