Descripción
No me he resistido a esta reinterpretación de Europa con Lola Flores a lomos de un torito guapo. No sé si el mismo Zeus sería capaz de secuestrarla, aunque probablemente no hubiera hecho falta pues Lola ademas de valorar las cosas en su justa medida sabía ponerles precio. Cincuenta mil de las antiguas pesetas le costó al anticuario aquel catarla y cinco millones por teta, a la revista Interviú sacarla en sus páginas. En ella se hacen verdad esas soeces expresiones que involucran el sexo femenino tales como, por el coño mío, mi coño lo vale, me suda el coño y otras tan sonoras e irreverentes que podéis añadir a la lista. Porque ella es así: toda piel, cercana, más verdad que el pan y la tierra. Sólo por eso, sin contar su inmenso talento, Lola se merece todos los fieles de aquí y de Japón y por supuesto un lugar en mi panteón particular.