Description
Desde que a mediados de los 50 Elvis actuó dos semanas seguidas en Las Vegas, la ciudad del pecado se convirtió en una olla hirviente de champagne y whisky solo, ahumada por miles de cigarrillos que envolvían las ruidosas mesas de juego. Y en cada hotel un escenario por el que desfilaban los más grandes artistas del momento, pasando de las estrellas del jazz a la joven invasión británica. Glamour sobre y frente el escenario. Las Vegas era el lugar donde estar y donde ser visto. Y si alguien reinaba allí eran Frank, Dino y Sammy, que tenían su castillo en el Sands Hotel, en el Copa Room su trono. Si actuaba Dean Martin, en el mismo cartel anunciador te avisaba de qué tal vez subiese al escenario Frank Sinatra o tal vez Sammy Davis Jr. Todo podía pasar en una noche en el Sands, donde el gran Dino desplegaba su torrente de encanto de pícaro italiano con voz de barítono y humor de golfo de barra. Molancia en modo torrencial. Si hay que buscar en algún sitio lo “cool”, el Sands a mediados de los 60 era el sitio.