Descripción
Sonia Pulido utiliza la exposición para plasmar su desacuerdo con el rumbo que ha tomado Barcelona en los últimos años para ser “Barcelona, la mejor tienda del mundo”, slogan utilizado por el Ayuntamiento de la ciudad contra el que la artista muestra su enfado. Sonia protesta contra la mundialización y la gentrificación que transforman su ciudad hasta el punto de hacerla extraña. Así, a modo de “ultra-cuerpos” Sonia nos enseña sombreros mejicanos invasores, turistas gigantes que pisotean la ciudad, u ojos enormes que observan fríamente y que hacen que los propios barceloneses se sientan ajenos y extraños en una ciudad que ya no reconocen, sin poder de todas formas renunciar a su belleza, a sus raíces, y a todos los símbolos que antes de ser un reclamo turístico, forman parte de su patrimonio personal.
Alex Nogués pone palabras a la intención de Sonia Pulido: “Mundialización. Gentrificación. Palabras que suenan a novelas de ciencia ficción y que transforman nuestra ciudad hasta el punto de hacerla extraña. O quizás nosotros, como invadidos por los ultra-cuerpos de los años que pasan, ya no somos tan nosotros y la ciudad se nos antoja ahora como una metrópolis distante y desquiciada. Como auténticos alienígenas, la ocupamos sin ser bienvenidos. Desde esta mirada de gigante que viene de otro mundo, el paisaje es confuso, delirante, rebosante de una belleza que no acabamos de comprender. Nosotros no somos nosotros en la Nueva Ciudad. La Ciudad ya no es Ciudad sin nosotros. Una luminosa y pirotécnica paradoja que cautiva a terrícolas de todos los rincones del planeta y a nosotros, los lunáticos marcianos, nos aleja sin dejar de atraernos, orbitando desde entonces en una elíptica relación con ella”.