Descripción
Yo estoy muy de acuerdo con el supuesto de que la ideología es un constructo interesado. Y me parece muy loco que una pulsión estética pueda implicar tanto compromiso vital como es el caso de esta genia de las letras que es Yukio Mishima, Yuki para las amigas. Está al alcance de cualquiera pensar que Yuki añorara un pasado imperial por esa forma de homofobia que le hacía despreciar la ausencia de virilidad en el hombre, motivado sobretodo por sus preferencias sexuales. Puede inferirse que su inclinación fascistoide derivara de esa ensoñación suya, poblada de samuráis malencarados, regidos por milenarios códigos de honor y lo que es más importante, dándose por el culo con austeridad y vigor castrenses. Lo intentó. Intentó llevar a Japón al medievo para realizar su fantasía y como no le salió, se enfadó y se sacó las tripas. Así era Yuki, el mayor genio de las letras japonesas de todos los tiempos.