Descripción
A los que hubieran querido estar presentes en el concierto que The Doors ofreció en Miami en 1969 donde Jim se masturbó en el escenario, les gustará verlo aquí en la tarea, tan de moda en la época, de expandir sus sentidos. No es un desnudo gratuito, lo juro, aunque nunca viene mal un pretexto para ver a Jim en estos trances. Para Jim, el cuerpo que era la noche oscura de su inquieto atman podía liberar a su rehén exacerbando los sentidos en el acto sexual y convertir el orgasmo, la petite morte, en una experiencia mística, iluminadora. Y así se afanaba Jim en su tarea entrenando sus sentidos como puertas de la conciencia en esa apuesta vital y artística también, empeñado en compartir el lugar donde asentaban sus posaderas Rimbaud, Verlaine, Artaud y otros de esa calaña. Nico hablaría maravillas de esa polla.