Descripción
De ella ha dicho Neil Amstromg que es la mejor cantante del mundo, Sarah Vaughn que le gustaría tener su voz (en caso de ser privada de la suya propia, claro), Liza Minelli que su voz es la más grande (tres octavas) Y algo de cierto habrá. ¿Quién es pues, esta Eva corruptora que suplanta a la de Durero en el museo del Prado? No podría ser otra que Mina Mazzini, la mujer condenada por el Vaticano como»pecadora pública” y que quiso dejar de ser pública retirándose bien pronto al fresco de Lugano. Está claro que en Italia no puede haber dos madonnas y Mina ha preferido dejarles a los Italianos con la suya a la que no se cansan de invocar supersticiosamente mientras ella sigue a lo suyo tan feliz. Parole parole…