Descripción
En realidad no sé si necesitamos más representaciones de Frida Kahlo. La pobre ya se ocupó de hacer de sí misma el objeto de toda su obra amén de haberse replicado más que las estampillas del sagrado corazón. Pero venga, una más, la última, de veras. Y es que Frida Kahlo necesitaba verse realizada como madre después de su deseo frustrado por sucesivos abortos y yo quería presumir de retoño lindo. La solución de compromiso es hacer madre a Frida poniendo a la otra Frida, mi hija, que lleva su nombre precisamente por la Kalho, como así la llamamos en casa para no liarnos, en sus maternales brazos. ¡Qué contentura!